martes, 19 de agosto de 2008

Inicio Oficial de la Misión Continental

Palabras del Presidente del CELAM en la Eucaristía de Clausura del CAM3-comla8:


Saludo fraternalmente al Eminentísimo Sr. Cardenal NICOLÁS DE JESÚS LÓPEZ RODRÍGUEZ, Arzobispo de Santo Domingo y Primado de América, enviado especial del Santo Padre Benedicto XVI al Congreso Americano Misionero – CAM 3 - COMLA 8. Le rogamos Eminencia le haga llegar a Su Santidad el saludo y la cercanía afectiva de todos los que estamos participando en este Congreso.

Saludo igualmente al Eminentísimo Sr. Cardenal ANTONIO JOSÉ GONZÁLEZ ZUMÁRRAGA, Presidente de la Comisión Central de éste Congreso, al Excelentísimo Señor Nuncio Apostólico en el Ecuador Giacomo Guido Ottonello, al Excelentísimo Mons. Roberto Zara, Secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, al Excelentísimo Mons. Antonio Arregui, Arzobispo de Guayaquil y Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, y al Excelentísimo Monseñor Raúl Eduardo Vela Chiriboga, Arzobispo de Quito.

Saludo cordialmente a los Señores Cardenales, Arzobispos, Obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y laicos presentes en este Congreso y a todos los que en el Continente Americano y en particular en América Latina y El Caribe están unidos a nosotros a través de los Medios de Comunicación en este Día del Señor, día en el cual iniciamos oficialmente la Misión Continental propuesta por la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida.

El Santo Padre Benedicto XVI y la V Conferencia General de Aparecida nos invitan a una Misión Evangelizadora que comprometa a todas las fuerzas vivas del Pueblo de Dios en América Latina y el Caribe: Obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados/as, laicos/as. Esta misión abraza en el amor de Dios a todos, especialmente a los pobres y a los que sufren, socorriéndolos en sus necesidades más urgentes como también en la defensa de sus derechos y en la promoción común de una sociedad fundamentada en la justicia, la solidaridad y la paz (D.A. 550).

La Misión Continental quiere promover la conciencia y la acción misionera permanente para que el espíritu misionero penetre toda nuestra vida y las estructuras de la Iglesia. Dóciles al Espíritu Santo, el auténtico protagonista de la misión, queremos hoy renovar nuestro compromiso de seguir a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida y de permanecer unidos a Él como discípulos suyos y obedientes a su mandato: ir al encuentro de los alejados, de los olvidados y abandonados, a los constructores de la sociedad para anunciar la Buena Nueva de la salvación a todos, para que en Jesucristo tengan vida y vida en abundancia. (Jn. 10, 10)

Inspirados en el Testimonio de San Pablo, incansable evangelizador y audaz misionero, y en el de tantas y tantos evangelizadores y misioneros que en nuestro Continente han sido ejemplo y testimonio de entrega total a la causa del Evangelio y al servicio de los mas pobres, iniciemos nuestra Misión Continental permanente bajo la protección de la Santísima Virgen María, invocada con los títulos de Santa María de Guadalupe y de Nuestra Señora Aparecida.

Queremos animar la Misión Continental en nuestros países, desde las Conferencias Episcopales, desde el CELAM y la Pontificia Camisón para América Latina - CAL y realizarla en nuestras Diócesis, parroquias y comunidades, porque estamos convencidos de que conocer a Jesucristo es el mejor regalo que uno puede recibir; haberlo encontrado en la fe y seguirlo es lo mejor que a una persona le puede suceder y, anunciarlo con nuestra palabra y obras es nuestra mayor alegría.

Entregamos a los presidentes de las Conferencias Episcopales de América la Sagrada Escritura y el Retablo, que representa la Ascención del Señor, regalo del Santo Padre Benedicto XVI, ambos son signos expresivos de la Misión Continental. Llévenlos a sus países, propóngalos a cada una de las Iglesias particulares para que inicien con fervor y entusiasmo de discípulos la Misión Continental fundada en la roca de la Palabra de Dios y den así cumplimiento al mandato del Señor, antes de subir al cielo,: “vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que Yo les he mandado y Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28, 19-20)


Dom. Raymundo Damasceno Assis ARZOBISPO DE APARECIDA PRESIDENTE DEL CELAM

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